
André Lhote, Football, 1920. Óleo sobre lienzo, 60 x 73 cm. Colección particular. Foto: www.pinterest.com
En la entrada anterior hemos visto los cuadros que el pintor cubista francés André Lhote dedicó al rugby; en este post trataremos sobre los que pintó sobre fútbol. Este deporte tuvo un gran éxito popular en Francia, aunque en sus inicios su historia fue bastante turbulenta y marcada por la rivalidad entre las federaciones.
El fútbol en Francia hasta la Primera Guerra Mundial
El torneo más antiguo de fútbol francés nació en 1894 por iniciativa de la Union des sociétés françaises de sports athlétiques (USFSA), la federación polideportiva que desde el año 1892 organizaba también el campeonato de rugby. La USFSA no tenía por el fútbol el mismo entusiasmo ya que temía que se convirtiese en un deporte profesional como en Inglaterra: el Association football atraía a la clase trabajadora más que el rugby porque era menos difícil de jugar y no requería unas dotes físicas particulares; y era sabido que los operarios no podían perder horas de trabajo en un deporte sin recibir una compensación económica. Sin embargo, por un lado la USFSA puso el fútbol bajo su control, y por el otro no hizo mucho para promoverlo. Los temores de la USFSA fueron fundados: a raíz del éxito popular cada vez mayor del fútbol, la Fédération des sociétés athlétiques de France (FSAF) organizó un campeonato profesional a partir de la temporada 1896-97. El nuevo torneo obtuvo una buena acogida por parte del público a pesar de la aversión de todos los dirigentes del deporte francés.
La USFSA estudió la manera de restar importancia al nuevo campeonato. En 1904 impulsó la creación de un organismo que aunaba las federaciones futbolísticas de diferentes países; así nació la Fédération Internationale de Football Association (FIFA), fundada el 21 de mayo en París por representantes de Francia, Bélgica, Dinamarca, España, Holanda, Suecia y Suiza.

Fuente: Wikimedia
Para adherirse a la FIFA, la USFSA quiso que cualquier país tuviera que ser representado por una única federación de fútbol; esta regla quitaba autoridad a federaciones menores como la ya citada FSAF. No obstante, en el año 1905 nacieron dos nuevos campeonatos amateurs de fútbol en Francia: el de la Fédération de Gymnastique Sportive des Patronages de France (FGSPF), formada por la sociedad de mecenazgo católico, y el de la Fédération Cycliste et Athlétique de France (FCAF). La FGSPF fue muy importante para la difusión de la Association football en Francia: ya en la temporada 1905-06 los jugadores de fútbol eran casi el doble de aquéllos de rugby, aunque este deporte recibiese más atención mediática.
La situación de la USFSA se hizo aún más difícil en 1906, año en que Gran Bretaña, con sus cuatro federaciones de fútbol, solicitó adherirse a la FIFA. ¿Cómo tendría que comportarse la FIFA? ¿Tenía que hacer respetar la regla que establecía que un país debía estar representado por una sola federación – como quería la USFSA – o podía hacer una excepción para la tierra natal del fútbol? Se decidió votar y la mayoría eligió mantener contenta a Gran Bretaña aceptando sus cuatro federaciones. Esto hizo enfurecer a la USFSA que abandonó la FIFA en señal de protesta. El puesto de la USFSA fue tomado por el Comité Français Interfédéral (CFI), fundado en París el 23 de mayo de 1907, que se convirtió así en la única federación francesa de fútbol reconocida por la FIFA. En 1907, el CFI creó el Trophée de France, una competición anual destinada a los vencedores de los campeonatos amateurs franceses. Al CFI se adhirieron la FGSPF, la FCAF y, desde 1910, la Ligue de Football Association (LFA), un nuevo organismo fundado por clubes disidentes del USFSA. Esta última se adhirió al CFI en el año 1912.
Todos los campeonatos, incluido el Trophée de France, fueron interrumpidos en el año 1914 por la Gran Guerra. En 1917, con el conflicto aún en curso, nació por iniciativa del CFI la Coupe de France, que sustituyó el Trophée de France. El 7 de abril de 1919 el CFI se convirtió en la Fédération Française de Football (FFF), que desde entonces gestiona todo el fútbol francés: en la época, la única competición nacional de fútbol era la ya citada Coupe de France.

Coupe de France. Foto: Wahrerwattwurm (CC BY-SA 3.0 DE)
Sea dicho que a pesar del éxito popular, en aquellos tiempos el fútbol no logró enorgullecer a los franceses tanto como el Rugby football. De hecho, a nivel internacional la selección francesa de rugby estaba entre las grandes de Europa y participaba en el Five Nations Championship con Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda; en cambio la de fútbol era mucho menos competitiva y, cuando participaba en un torneo internacional, coleccionaba bochornosos fracasos como la derrota por 17 a 1 contra Dinamarca en los Juegos Olímpicos de Londres de 1908.
Los cuadros de fútbol
Los tres cuadros sobre rugby que vimos en el post anterior tienen un punto en común: representan a jugadores que saltan para conquistar el balón. La misma acción también se encuentra en dos de los tres cuadros sobre fútbol que veremos a continuación. El momento en el que los atletas se encuentran suspendidos en el aire durante el salto era para Lhote lo más espectacular, lo veía como una concentración de energía dinámica.
Es apasionante congelar un espectáculo que se mueve deteniéndolo en su fase solemne, en ese segundo en que, al igual que el péndulo al final de su recorrido, todo parece inmovilizado antes de deshacerse en destellos más o menos rápidos (André Lhote, 1920).
El primer cuadro que examinaremos es Joueurs de football de 1918.

André Lhote, Joueurs de football (Jugadores de fútbol), 1918. Óleo sobre lienzo, 46 x 55 cm. Colección particular. Foto: www.artnet.com
Representa siete jugadores de fútbol que saltan por golpear el balón de cabeza. Al igual que las pinturas vistas en el post anterior, el objetivo de Lhote no es inmortalizar un partido en particular, sino comunicar una sensación de movimiento. Como ya había hecho Delaunay, Lhote ha dispuesto áreas de vivaces colores unas junto a otras para crear el ritmo, “el elemento más puro y más natural de la Belleza”. El paisaje está sintetizado en zonas de colores, que son en su mayoría verdes en la parte inferior (para sugerir el campo de juego) y azules en la superior (donde está el cielo). No hay otros detalles del paisaje. También los jugadores están pintados con grandes manchas de colores, pero para que fuesen reconocibles Lhote delimitó sus contornos con líneas negras. El enfrentamiento entre la orientación diagonal de las líneas y horizontal de las áreas de color aumenta el dinamismo de la composición.
En la siguiente pintura, Les footballeurs de 1918, Lhote ha usado un lenguaje ligeramente diferente para comunicar la misma sensación de movimiento.

André Lhote, Les footballeurs (Los futbolistas), 1918. Óleo sobre lienzo, 60 x 81 cm. Colección particular. Foto: www.thecityreview.com
Aquí no domina el color (a pesar de que tenga un papel importante), sino las líneas y las figuras geométricas. Éstas forman diagonales que cortan el cuadro concentrando la atención del espectador sobre el jugador que está en el centro con el balón, que tiene una orientación opuesta a los otros jugadores. Comparado con el cuadro anterior, en Les footballeurs Lhote ha utilizado más el lenguaje cubista; de hecho, ha seccionado el paisaje en fragmentos observados en momentos diferentes y los ha situado uno junto al otro para generar ritmo y movimiento. A pesar de la descomposición cubista, los jugadores son fácilmente reconocibles, sus cuerpos están claramente identificados por las líneas de contorno. Son numerosos los detalles del paisaje; véase el fragmento de círculo del centro de campo abajo cerca del balón, un poste y parte del travesaño arriba a la izquierda, dos arcos sobre fondo amarillo arriba a la derecha y varios carteles publicitarios en toda la zona superior.
En el último cuadro, Football de 1920, Lhote ha vuelto a representar una acción de salto.

André Lhote, Football, 1920. Colección particular. Foto: www.pinterest.com
Todo pintor dueño de sus actos, que no tenga que satisfacer ningún capricho ajeno, deseoso de renovarse por los medios más nobles, es decir, mediante la técnica, debería recuperar durante su vida varias veces la misma composición, para mejorar su empresa, para ver en qué punto se encuentra él, sentimentalmente hablando, y verificar el estado de sus conocimientos (André Lhote, 1920).
A nivel compositivo, el cuadro está en equilibrio entre color y orden geométrico: ambos contribuyen a partes iguales a generar movimiento y ritmo. Los jugadores en acción son perfectamente reconocibles a pesar de que son sintetizados en formas más geométricas que en los cuadros anteriores; sus cuerpos forman parte de una estructura arquitectónica basada sobre áreas rectangulares, triangulares y trapezoidales.
Cualquier movimiento se resuelve en formas geométricas, (…) la vida es una sucesión de imágenes geométricas absolutamente perfectas que tienen parte de sus lados anclados en las formas anteriores y otros ya en la base de las siguientes (Andé Lhote).
También los colores fragmentan la superficie del cuadro y generan ritmo; véase, por ejemplo, el jugador en segundo plano en el centro, que salta con los brazos y las piernas abiertos: está dividido en dos por los colores. Lhote ha introducido en la pintura los fragmentos necesarios de realidad para comunicar que el partido se está jugando en un estadio urbano: arriba a la izquierda se ven edificios muy esquemáticos; en la zona superior derecha, en una franja azul, con pinceladas circulares ha representado al público que asiste al encuentro. Football de 1920 puede considerarse el mejor cuadro deportivo de Lhote junto a Rugby de 1917: ambos se encuentran entre sus obras más cubistas.
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