
Frederic Remington, Touchdown. Yale vs. Princeton. Thanksgiving Day, Nov. 17, 1890, Yale 32, Princeton 0, 1890. Óleo sobre lienzo, 55,9 x 82,7 cm. New Haven, Yale University Art Gallery
Frederic Remington (Canton, Nueva York, 4 de octubre de 1861 – Ridgefield, Connecticut, 26 de diciembre de 1909) es famoso sobre todo por haber sido el primer artista en pintar el Oeste americano. Entre 1881 y 1884, vivió en Montana, Nuevo México y Kansas. Más tarde, en el año 1886, se trasladó a Arizona bajo el encargo de la revista Harper’s Weekly para tomar imágenes de la guerra contra los Apaches de Gerónimo.

Frederic Remington, The Apache War. Indian Scouts on Geronimo’s Trail. De Harper’s Weekly del 9 de enero de 1886
Cuando en el año 1890 la conquista del Oeste alcanzó el Pacífico, el gobierno estadounidense declaró cerrada la frontera occidental; a partir de ese momento el Oeste se convirtió en el imaginario colectivo estadounidense en un lugar de hechos heroicos y valientes. Remington aprovechó sus aventuras juveniles para presentarse en Nueva York como un experto del Oeste, así como un auténtico y verdadero artista cowboy tal y como demuestra su autorretrato del año 1890.
Con sus pinturas, publicadas por las más importantes revistas de su época, Remington aportó una contribución fundamental a la creación del mito del viejo y salvaje Oeste que el cine del siglo XX ha dado a conocer a todo el mundo.
Véase, por ejemplo, A Dash for the Timber del año 1889, que representa una escena típica en las primeras películas del Oeste – una emboscada de los indios – o A Misdeal de 1897, donde se ve otra situación recurrente en el cine del Oeste: el tiroteo en el “saloon”.
Además del Oeste, Remington tenía otra pasión: el football, un deporte muy duro que requería fuerza, coraje y disciplina, que en su tiempo eran consideradas virtudes dignas de un soldado o de un cowboy.
Walter Camp y el football en la época de Remington
Antes de viajar al Oeste, en el año 1878, Remington se inscribió en la School of the Fine Arts de la Universidad de Yale y jugó en el equipo local de football – los Bulldogs – hasta 1879 cuando tuvo que abandonar los estudios para cuidar de su padre enfermo. Sea dicho que en aquellos años también jugaba en los Bulldogs de Yale Walter Camp, que más tarde sería conocido en la historia como el “padre del football americano”.
¿Qué tipo de football era aquel que Remington conoció en Yale entre 1878 y 1879? Era un juego muy similar al rugby inglés de la época. De hecho, en noviembre de 1876 los delegados de las universidades de Princeton, Harvard, Yale y Columbia habían fundado en Springfield (Massachussetts) la Intercollegiate Football Association y habían decidido adoptar el reglamento de la Rugby Football Union de 1871 con algunas modificaciones (como, por ejemplo, no solo contar los goles, sino también los touchdowns).
Sin embargo, los estadounidenses empezaron enseguida a considerar inútiles las melés con las que el equipo en ataque volvía a poner en juego el balón después de un placaje, porque su incierto resultado impedía elaborar una estrategia de ataque. Por lo tanto, en el año 1880 el ya citado Walter Camp propuso sustituir dichas melés con el scrimmage, que funcionaba de la siguiente manera: después de un placaje, los dos equipos tenían que disponerse a cada lado de una línea imaginaria (paralela a las líneas de gol) en el punto donde el balón había tocado tierra; la acción se reanudaba cuando un jugador del equipo atacante le entregaba el balón de espaldas a un compañero, el quarterback.

Exemplo de disposición de los equipos en la linea de scrimmage. Del libro Football de Walter Camp y Lorin F. Deland del año 1896
De manera que, aquél que atacaba podía conservar el balón y elaborar esquemas de juego más complejos: además, era voluntad de Walter Camp hacer del football un juego “científico” basado en la estrategia, donde nada era dejado al azar. Otra importante modificación propuesta por Camp, aprobada en el año 1880, fue la reducción del número de jugadores de 15 a 11 por equipo. Asimismo, Camp introdujo en 1882 la regla de los downs para impedir que un equipo mantuviese la posesión del balón durante todo el partido: aquél que atacaba tenía tres intentos (llamados downs) para recorrer al menos 5 yardas; si no se lograba tenía que ceder el balón a los adversarios. También fue Camp el que, en 1883, propuso asignar una puntuación diversa por cada tipo de marcación: 4 puntos por un touchdown, 2 si se pateaba el balón entre los palos inmediatamente después del touchdown, 5 por el field goal y 2 por la safety (el placaje de un adversario en el interior de su área de meta).
Imágenes de football
Remington siguió con atención la evolución del football americano, tal y como demuestran las imágenes que publicó a partir de 1886 en Harper’s Weekly. Una de ellas es College Players at Football – A tackle and Ball-Down de 1887, que representa un placaje que exalta la violencia y la espectacularidad: el portador del balón está en el suelo con un adversario que lo abraza y otro que está encima de él; detrás hay otros jugadores que se golpean entre sí y se tiran de los pelos. El partido se desarrolla en un lugar más bien modesto; sin embargo, al fondo se ven numerosos espectadores.

Frederic Remington, College Players at Football – A Tackle and Ball-down. De Harper’s Weekly del noviembre de 1887
Remington siguió el equipo de football de Yale durante toda su vida y lo representó en más ocasiones. En Practice Game at Yale by the Champion Foot-Ball Eleven de noviembre de 1888 representó varias jugadas de los Bulldogs de Yale, que dicho año, bajo la dirección del entrenador principal Walter Camp, ganaron los 13 partidos programados sin encajar un punto.

Frederic Remington, A Practice Game at Yale by the Champions Foot-Ball Eleven. De Harper’s Weekly del noviembre de 1888
Arriba a la izquierda y a la derecha vemos dos placajes, en el centro una patada (drop-kick) y un fair catch; abajo a la izquierda hay una resistencia a un placaje, en el centro un place-kick (el actual field goal), a la derecha un lanzamiento (en aquella época el balón se podía pasar solo hacia atrás como en el rugby). A los Bulldogs de Yale está dedicada también otra imagen múltiple, A Day with the Yale Team de noviembre de 1993; aquí, además de las acciones de juego, Remington representó también interesantes detalles del football americano de su tiempo: en el centro a la derecha vemos, por ejemplo, las protecciones más comunes para la cara y la cabeza, abajo a la izquierda está representado un jugador que recibe un masaje en los vestuarios, mientras a la derecha hay un coach que da consejos a un jugador.
A finales de los años Ochenta e inicios de los Noventa el entrenador jefe (head coach) se convirtió cada vez más en una figura importante: para las universidades tener un buen coach significaba tener un equipo de football ganador, que atraía a los espectadores que pagaban su entrada y que hacía aumentar las inscripciones de los estudiantes. En resumen, un buen entrenador jefe hacía ganar dinero a la universidad.
En la época de Remington, los mejores equipos de football americano eran Yale y Princeton que, entre 1869 y 1900, se adjudicaron 20 veces cada uno el título de campeón nacional. Y justo a uno de estos encuentros entre dichas universidades está dedicado Touchdown. Yale vs. Princeton, Thanksgiving Day, Nov. 27, 1890, Yale 32, Princeton 0, el más antiguo cuadro sobre football americano que se haya conservado.

Frederic Remington, Touchdown. Yale vs. Princeton. Thanksgiving Day, Nov. 17, 1890, Yale 32, Princeton 0, 1890. New Haven, Yale University Art Gallery
El título ya nos dice todo sobre el partido y su resultado: no se trata de un partido cualquiera, sino del encuentro correspondiente al Día de Acción de Gracias (Thanksgiving Day) del 27 de noviembre de 1890, que se jugó en Brooklyn, Nueva York. A partir de 1878 era costumbre organizar un encuentro de la estación de football en Nueva York en el día de Acción de Gracias: era el evento deportivo del año y atraía a decenas de miles de espectadores. En uno de dichos partidos Yale infligió una dura derrota por 32 a 0 a Princeton en el año 1890: Remington no pudo resistirse a conmemorar con un cuadro una victoria de tal calibre de su universidad. Tal y como se puede observar, los uniformes de los dos equipos son muy similares; los jugadores se distinguen entre sí porque los de Yale llevan gorras negras: como sugiere el título, aquél que se tira al suelo en primer plano marca un touchdown. El cuadro no solo se centra en el partido, sino que también se fija en los señores que lo observan; de hecho, el match del Día de Acción de Gracias era también un importante evento social en el que participaba la burguesía media/alta. El hecho que Remington haya pintado a los espectadores de gris – es el color de sus indumentarias y rostros – sugiere que no tenía por ellos una particular simpatía. De hecho, lo que el pintor admiraba era la vida activa y dinámica, la fuerza, la virilidad, el coraje, el heroísmo: cualidades que veía en los cowboys del Oeste y en los jugadores de football americano. No es casualidad que la única área con color es aquella donde los atletas corren, luchan y se chocan entre sí.
La lucha es también el tema central de A Run Behind Interference de 1893, que muestra la running interference, una jugada que diferenciaba el football americano del rugby.
En el rugby cada compañero de equipo que corría delante de aquél que portaba el balón estaba en fuera de juego; esta regla ya no se respetó en los Estados Unidos por lo menos desde 1879: en los partidos de football americano era normal ver jugadores que corrían delante del jugador que llevaba el balón para protegerlo, tal y como se puede ver en la imagen de Remington. Alrededor del portador del balón se desencadenaba una auténtica lucha que podía provocar graves accidentes, a veces mortales. Por este motivo, el football americano empezó a ser criticado por su violencia y hubo quiénes propusieron cambiar las reglas o incluso suprimirlo. Remington se opuso a las críticas definiéndolas como “charlas sentimentales” y defendió la “cualidad heroica” del football, que para él era una actividad para hombres fuertes, audaces, valientes, desdeñosos con el peligro como los cowboys del viejo y salvaje Oeste.
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