
Andy Warhol, Pelé, 1978. Serigrafía y polímero sintético sobre lienzo, 101.6 x 101.6 cm. Colección particular. Foto: Pinterest
En el año 1978 el maestro del pop art Andy Warhol pintó un retrato de la estrella del fútbol brasileño y mundial Edson Arantes do Nascimiento, conocido por todos como Pelé. El cuadro era parte de una serie de diez retratos de campeones deportivos comisionada a Warhol en 1977 por el coleccionista estadounidense Richard Weisman. Las obras representan, además del futbolista brasileño, al púgil Muhammad Alí, al jugador de baloncesto Kareem Abdul-Jabbar, al jugador de football americano O.J. Simpson, al golfista Jack Nicklaus, a la tenista Chris Evert, a la patinadora artística Dorothy Hamil, al jockey Willie Shoemaker, a la estrella de hockey sobre hielo Rod Gilber y al campeón de béisbol Tom Seaver.

Andy Warhol, The athletes series (La serie de los atletas), 1978. Serigrafía y polímero sintético sobre lienzo. Foto: Christie’s
Los atletas elegidos por Weisman eran todos estadounidenses a excepción del canadiense Gilbert y del brasileño Pelé, que sin embargo jugaban en equipos neoyorquinos, los New York Rangers y los New York Cosmos respectivamente. Fue el mismo Weisman quien explicó el porqué de este ciclo pictórico: “Me di cuenta que reunir a dichos atletas en una misma serie era natural, ya que dos de las más populares actividades de ocio de la época eran el deporte y el arte, y que todavía no tenían una conexión directa. Por lo tanto pensé que la serie de Andy inspiraría a los amantes del deporte a ir a las galerías de arte por primera vez, y a los que les gustaba el arte a echar un primer vistazo a las superestrellas deportivas”. Hasta el momento Warhol no había tenido un interés particular por el deporte aunque la primera obra en la cual experimentó la serigrafía de fotografía, una de sus técnicas más típicas, tuviese un tema propiamente deportivo: me refiero a Baseball de 1962.

Andy Warhol, Baseball, 1962. Serigrafía sobre lienzo, 233 x 208,3 cm. Kansas City, Nelson-Atkins Museum of Art. Foto: Artimage
El pop art y Andy Warhol
Andy Warhol es el más célebre exponente del pop art, el movimiento artístico nacido en la Gran Bretaña de la segunda mitad de los años Cincuenta, que puso en su punto de mira a la civilización moderna del consumo con sus mercancías y sus técnicas de comunicación. Las obras de arte pop se caracterizaban por las iconografías tomadas de ámbitos que la alta cultura definía como “bajos” como la publicidad, los medios de comunicación o los cómics: de hecho, “pop” es la abreviación de “popular”. En esta elección de temas y lenguajes populares y corrientes, típicos de la nueva sociedad de consumo, los artistas pop rechazaron la cultura tradicional.

Richard Hamilton, Just what is it that makes today’s homes so different, so appealing? (¿Qué es lo que hace que las casas de hoy sean tan diferentes, tan atractivas?), 1956. Tubinga, Kunsthalle Tübingen. Foto: Wikipedia
Aunque nació en Gran Bretaña, el pop art alcanzó su máxima notoriedad internacional en los Estados Unidos de los años Sesenta. En oposición al expresionismo abstracto americano de la década precedente, los artistas pop estadounidenses volvieron al realismo, aunque en formas completamente nuevas respecto a las corrientes realísticas anteriores. De hecho, crearon imágenes cuidadosamente pintadas y fácilmente reconocibles, deliberadamente “bajas” y populares, utilizando o imitando técnicas de producción en serie típicas de la sociedad de consumo. Por ejemplo, Roy Liechtenstein creó cuadros de grandes dimensiones que reproducían la coloración con puntos característica de los cómics, mientras James Rosenquist realizó obras de gran formato inspiradas en el imaginario típico de los carteles publicitarios.

Roy Lichtenstein, Woman in bath (Mujer en el baño), 1963. Madrid. Museo Thyssen-Bornemisza. Foto: Tuitearte

James Rosenquist, I love you with my Ford (Te amo con mi Ford), 1961. Malmö, Moderna Museet. Foto: Artslant
Por su parte, Andy Wahrol acentuó la producción artística en serie y lo hizo de dos modos diversos. Por un lado, escogió símbolos de la sociedad de consumo estadounidense y los pintó en secuencias como, por ejemplo, en las series de las latas de sopas Campbell’s; por otro lado, hizo propia una técnica típica de los medios de comunicación como la fotografía y, mediante la serigrafía, reprodujo la misma imagen más veces; véanse los retratos de estrellas del cine y de la música como Marilyn Monroe y Elvis Presley o las escenas de accidentes automovilísticos. Para Andy Warhol todo formaba parte de la moderna civilización estadounidense y se daba a conocer por los medios de comunicación de la misma manera: los productos de gran consumo como las sopas Campbell’s o la Coca Cola, las celebridades del mundo del espectáculo o las noticias de crónica negra. El arte de Warhol reflejaba esta sociedad como un espejo.

Andy Warhol, Campbell’s soup cans (Latas de sopa Campbell’s), 1962. Caseína y pintura metálica sobre lienzo, 50,8 x 40,6 cm cada uno. Nueva York, Museum of Modern Art. Foto: MoMA

Andy Warhol, Marilyn Diptych (Díptico de Marilyn), 1962. Acríllico y serigrafía sobre lienzo, cm 205,7 x 144,8. Londres, Tate Gallery. Foto: Diario el 9 de Julio
Cabe destacar que, con el uso de técnicas de reproducción industrial, Warhol eliminaba dos características tradicionales de las obras de arte: su singularidad inimitable y el toque inconfundible de su creador. La ruptura con el concepto de arte transmitido por la tradición no podía ser más clara. En el año 1963, Warhol llegó a declarar de manera provocadora “creo que cualquiera debería ser capaz de pintar todos mis cuadros por mi”. La figura de Warhol está tan identificada con la civilización moderna del consumo occidental, que refleja sus aspectos más característicos, como el culto a la riqueza, la fama y la belleza. Para Warhol, no solo el arte estaba al alcance de todos, sino también la fama: el catálogo de una exposición en su honor organizada en Estocolmo en el año 1968 contenía esta frase, que con el tiempo se ha convertido casi en un símbolo de nuestro artista: “en el futuro todo el mundo será famoso durante quince minutos”. Hoy, en una época dominada por internet y las redes sociales, se puede decir que esta profecía se ha hecho realidad.

Andy Warhol, Orange car crash (Accidente automovilístico naranja), 1963. Serigrafía y acrílico sobre lienzo. Turín, Galleria d’Arte Moderna

Andy Warhol, Elvis Diptych I and II (Díptico de Elvis I y II), 1963. Serigrafía y acrílico sobre lienzo, 208,3 x 208,3 cm cada uno. Toronto, Art Gallery of Ontario. Fonte: WikiArt
Pelé, estrella del fútbol mundial
Warhol tenía una debilidad por las celebridades tal y como demuestran los retratos de estrellas del cine y del rock que realizó a partir de 1963. En los años Setenta, se especializó en la producción de retratos de personajes acaudalados, una actividad que le hizo ganar mucho dinero. Después de todo, la relación arte/dinero era muy importante para Andy Warhol, que vino a declarar lo siguiente:
Ser bueno en los negocios es el tipo de arte más fascinante. Hacer dinero es arte, trabajar es arte y los buenos negocios son el mejor arte (Andy Warhol)
Cuando en el año 1977 Weisman le comisionó la serie de campeones deportivos, Warhol se puso enseguida manos a la obra, un poco por el dinero que cobraría – 800.000 dólares – un poco porque las estrellas del deporte eran quizás las únicas celebridades que no había representado todavía. En aquel momento su técnica retratista estaba ya muy consolidada: empezaba tomando numerosas fotografías de su modelo con su Polaroid, a continuación escogía las imágenes que más le gustaban y las transfería sobre una tela mediante la técnica de la serigrafía.

Andy Warhol, Pelé, 1978. Fotografía. Colección particular. Foto: Christie’s
A veces la tela ya había sido pintada con pinceladas de colores vivos; en otras ocasiones las pinceladas se aplicaban después de la serigrafía; otras veces los toques de color procedían y seguían a la estampa. Coherente con su filosofía, Warhol producía sus obras en serie: es este el motivo por el cual existen varias versiones de sus retratos de deportistas. Obviamente, la serie original permaneció en la casa del comitente Richard Weisman.

Andy Warhol, Pelé, 1978. Serigrafía y polímero sintético sobre lienzo, 101.6 x 101.6 cm. College Park, University of Maryland Art Gallery. Foto: Artribune
Los diez retratos de deportistas de Warhol tienen características comunes: representan a los atletas en primer plano, a una distancia cercana, enfocando la atención tanto en su cara como en un objeto que simboliza su deporte (un balón de fútbol, de baloncesto, de football americano, una raqueta, un palo de golf, etc.). El retrato de Pelé representa al as brasileño sonriente mientras con la mano izquierda sostiene un balón Spalding apoyándolo en la cabeza; en el pentágono del centro de la esfera se lee claramente “Pelé” y, a la derecha, se entrevé la firma del jugador. Existen muchas variantes del retrato: por ejemplo, en una dominan los tonos delicados de azul, gris y verde, mientras en otra los colores son vivaces e intensos y dan a la obra un carácter casi agresivo. Se puede percibir que en todas las versiones del cuadro de Pelé y del resto de deportistas, los elementos abstractos – formas y colores – juegan con aquéllos figurativos – los atletas y los objetos que identifican su deporte – acompañando los contornos o superponiéndose con ellos. De esta manera Warhol creó una tensión dinámica entre las vivaces superficies coloradas y el negro de la serigrafía.

Andy Warhol, Pelé, 1978. Serigrafía y acrílico sobre lienzo, 101.6 x 101.6 cm. Bloomfield Hills, Cranbrook Art Museum. Foto: Cranbrook Art Museum
En el año 1978 Pelé era una celebridad comparable a aquéllas que Warhol había retratado hasta el momento. A la edad de 36 años, el 1 de octubre de 1977 en el Giants Stadium de Nueva York puso fin a una carrera inimitable, que lo vio marcar la astronómica cifra de 1286 goles en 1352 partidos, ganando numerosos títulos nacionales, continentales e intercontinentales con su club, el Santos y, sobretodo, levantar la copa del mundo con Brasil en tres ocasiones. Todavía hoy Pelé es el único jugador de fútbol de la historia que ha ganado tres veces los mundiales de fútbol. En el año 1975 Pelé dejó Brasil para jugar en los New York Cosmos, que militaban en la North American Soccer League (NASL), el campeonato de fútbol profesional estadounidense nacido en el año 1968. El club era propiedad de Warner Communications, que se propuso explotar la imagen del as brasileño en los programas y películas que producía. Sin embargo, la película más famosa protagonizada por Pelé es posterior a sus años en Warner: me refiero, por supuesto, a Escape to Victory (Evasión o victoria) dirigida por John Huston en 1981 y protagonizada por Michael Caine, Sylvester Stallone y otros futbolistas.

Cartel de la película Escape to Victory (Evasión o victoria), 1981. Foto: Every John Huston Movie
Uno de los momentos más importantes de la película es el gol de chilena de Pelé, una escena que ha contribuido a ampliar más si cabe la ya gran fama del campeón brasileño. Incluso se cuenta que Warhol dijo de Pelé que él era la única celebridad que, en lugar de quince minutos de fama, tendría seguro quince siglos.
A los amantes del arte de Warhol recomiendo la exposición Warhol. El arte mecánico en Madrid en Caixaforum hasta el 6 de mayo.
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