
William Barnes Wollen, Football, 1879. Londres, Twickenham Stadium. Foto: Art UK
En el post anterior hablamos del folk football, un juego tradicional con balón practicado en Gran Bretaña desde la época Medieval, del cual derivan el fútbol y el rugby modernos. En este post vamos a ver cómo nació el rugby y como se convirtió rápidamente en un tema artístico gracias al pintor William Barnes Wollen.
La escuela de Rugby y su football
En la transición del folk football al rugby y al fútbol modernos las public schools inglesas tuvieron un rol importante. Estas, a pesar de su nombre, no tenían nada que ver con el concepto de escuelas públicas y gratuitas que se tiene hoy en día en países como Italia o España; de hecho, eran prestigiosas escuelas de pago donde se formaban los jóvenes de las clases medio/altas y altas. En la primera mitad del Ochocientos, las public schools favorecieron la práctica del football entre sus estudiantes para apaciguar el espíritu competitivo de aquéllos más conflictivos y para promover una ética basada en la lealtad, el respeto al adversario, la aceptación de la derrota y el rechazo a trucos y engaños. En cada escuela, los estudiantes introdujeron sus propias reglas para ordenar el caótico folk football tradicional. Los reglamentos cambiaban de una escuela a otra y eran transmitidos oralmente. Entre las public schools destacaba la de Rugby por la calidad de la enseñanza, que acogía sobre todo a jóvenes de la clase medio/alta: en los años en que fue dirigida por Thomas Arnold (1828-1841), el football se convirtió en un símbolo de su estilo educativo.
El primer reglamento escrito del football (en el año 1845) se debe a la escuela de Rugby. Aquí se jugaba con equipos de 50-60 componentes y los partidos no tenían limitación de tiempo: ganaba el equipo que marcaba primero dos goles. En la época, entrar con el balón en la meta (try en inglés) no daba puntos, pero ofrecía la oportunidad de probar (try) a marcar un gol: para hacerlo, era necesario patear el balón entre los palos (pero sobre el travesaño) de la portería adversaria. Las porterías eran grandes H, tal y como se puede ver en este cuadro; nos da una idea de cómo era el football de Rugby.
Alrededor del balón se formaban gigantescas melés, en las que era normal dar patadas en las espinillas de los adversarios. Esta práctica – llamada hacking – era típica del footbal de Rugby y estaba considerada una prueba de virilidad: aquél que la temía era despreciado. Las manos se utilizaban mucho menos de lo que se cree. De hecho, se podía correr con el balón en la mano solo si se recogía después de un rebote; si por el contrario se cogía al vuelo, era necesario volverlo a poner el juego con un free kick, un libre directo. Cuando el balón rodaba por el suelo, estaba permitido únicamente patearlo. La escuela de Rugby y su football fueron descritos en el año 1857 por Thomas Hughes en Tom Brown’s Schooldays. Este libro se convirtió en un best seller en Gran Bretaña y contribuyó al éxito del football de Rugby: rápidamente otras public schools empezaron a jugarlo.
Nacimiento de la Association football y del Rugby football
El football inició a salir del mundo de las public schools en los años Cincuenta, cuando fueron fundados los primeros clubes a través de la iniciativa de ex-estudiantes, que querían continuar practicando el deporte que habían aprendido en la escuela. Las nuevas sociedades conocían únicamente el football de la escuela de sus fundadores; por consiguiente, cuando se desafiaban, tenían que decidir primero con qué reglas jugar. Era una situación más bien caótica. Por lo tanto, en el año 1863 once representantes de clubes y escuelas londinenses se reunieron en Londres con el objetivo de fijar unas normas comunes a todo el football. Después de largas discusiones, la mayoría decidió evitar llevar el balón con las manos y prohibir el hacking (las patadas en las espinillas). Los clubes de acuerdo con estas decisiones fundaron la Football Association (FA), que aún hoy gobierna el fútbol inglés; los otros eligieron continuar fieles a las reglas de Rugby y no entraron en el nuevo organismo. Fue en el año 1863 cuando el football empezó a dividirse en dos deportes diferenciados: l’Association football (el fútbol) y el Rugby football (el rugby). Algunos años más tarde, en 1871, los clubes ingleses que jugaban según las reglas de Rugby fundaron, siempre en Londres, la Rugby Football Union (RFU). Este nuevo organismo tenía la función de redactar el reglamento del rugby y vigilar sus modificaciones: una de las primeras cosas que hizo fue prohibir el hacking. De cualquier manera, el rugby estaba en continua evolución: por ejemplo, en los años Setenta se convirtió en una costumbre implementar equipos de 15 jugadores. Además, en dicha década se empezó a jugar principalmente con las manos; en consecuencia, se empezaron a usar balones cada vez más ovales para facilitar el agarre con las manos. Ahora el rugby ya no era un juego solo inglés: en el año 1873 surgió la Rugby Football Union escocesa, en el 1879 la irlandesa y en el 1881 la galesa.
En el año 1886 fue fundado el International Rugby Football Board para coordinar las varias Rugby Football Unions; dicho órgano hoy en día se llama World Rugby y administra el rugby a 15 en el mundo.
La final de la Yorkshire Cup del 1877: el primer cuadro de rugby
Y finalmente hablamos de William Barnes Wollen y de sus cuadros de rugby. El más antiguo es Football, pintado en 1879: es el primer cuadro de rugby de la historia. Su título puede sorprender porque hoy en día la palabra “football” indica en general el deporte que en España se llama fútbol. Sin embargo cabe decir que en Europa el término fue utilizado al menos hasta la Primera Guerra Mundial (1914-1918) para definir tanto el fútbol como el rugby, ambos nacidos del tradicional folk football como ya hemos visto.
La pintura de Wollen representa un partido especial: la final de la Yorkshire Challenge Cup de 1877, el primer torneo de rugby por eliminación directa jugado en Gran Bretaña.

Yorkshire Cup. Foto: tackler7 (CC BY-SA 3.0)
El encuentro fue disputado en el Holbeck Recreation Ground de Leeds (en Yorkshire) el 29 de diciembre de 1877 entre el York FC, con camiseta amarilla-negra, y el Halifax (el actual Halifax RLFC), con uniforme blanco-azul. Este último se adjudicó la copa.
El cuadro de Wollen representa una de las acciones más espectaculares del rugby: la carrera. El protagonista del cuadro es el jugador del York en primer plano, que vemos correr hacia la meta adversaria; acaba de evitar el placaje de un adversario caído a tierra y le pisan los talones otros dos; a poca distancia sigue el resto del grupo. Por lo que se puede ver el balón tiene ya una forma bastante oval.

William Barnes Wollen, Football, 1879. Londres, Twickenham Stadium. Foto: Art UK
El terreno de juego está embarrado como si apenas hubiese dejado de llover; el cielo cubierto de grises nubes amenaza con otra tormenta. Estas condiciones climáticas eran habituales en el rugby, que era un deporte invernal (de hecho, en verano se prefería jugar al cricket). Cerca del margen derecho del cuadro, sobre las cabezas de los jugadores, se puede ver una de las porterías: es de madera y sus palos no son mucho más altos que el travesaño. En el fondo hay casas, árboles y algún que otro espectador. También están presentes algunos perros que juegan en la banda. Como se puede ver, no había ninguna barrera entre los jugadores y el público; por lo tanto, era muy probable que un perro entrase en el campo e interrumpiese el partido. Desde el punto de vista estilístico, no pasa inadvertida la gran habilidad de Wollen al pintar los movimientos de los jugadores y las expresiones de sus rostros: véase, por ejemplo, la mirada del que corre con el balón. Especialmente cautivador es el punto de vista elegido por Wollen, que ha situado al espectador muy cerca de la acción, con el fin de dar la impresión de que los jugadores están a punto de pasarle por delante. En 1877 el rugby era todavía un deporte para pocos gentlemen como demuestra el escaso público que asiste al encuentro; en los años sucesivos, su popularidad aumentó enormemente como se puede ver en el otro cuadro de Wollen.
La final del County Championship de 1993 y el nacimiento de la Northern Rugby Football Union
En 1895, Wollen pintó The Roses Match, que representa la final del County Championship del 25 de noviembre de 1893 jugada en el campo de Park Avenue de Bradford (en Yorkshire). Se enfrentaban los equipos de Yorkshire, con la camiseta y pantalones blancos, y del Lancashire, con la parte superior con rayas horizontales rojiblancas y pantalones negros. El título del cuadro hace referencia a la Guerra de las Dos Rosas, que enfrentó la casa de los Lancaster contra la de los York por el control del trono inglés entre los años 1455 y 1487: ambas casas tenían por símbolo una rosa (roja la de Lancaster, blanca la de York).
En aquella época, ya no eran solo las clases adineradas las que jugaban a rugby y a fútbol. Como veremos en el siguiente post, desde finales de los años Setenta un número creciente de espontáneos de la clase obrera iniciaron a practicar dichos deportes con éxito. En el norte industrializado de Inglaterra nacieron nuevos clubes, formados sobre todo por trabajadores, que rápidamente estuvieron en grado de enfrentarse a los equipos de ex alumnos de las public schools. Para jugar, los trabajadores recibían ayudas económicas por parte de los presidentes de los clubes, que normalmente eran empresarios y propietarios de fábricas. Los presidentes ofrecían a los empleados un buen puesto de trabajo en su fábrica y daban a escondidas dinero para compensar las horas de trabajo que perdían para entrenarse. Básicamente, el fútbol y el rugby se estaban encaminando a deportes profesionales. Esto hizo que tanto la Football Association (FA) como la Rugby Football Union (RFU) empezaran a preocuparse; querían que los deportes que gobernaban continuasen de manera amateur. Las cosas cambiaron en el año 1885, cuando la FA permitió que los jugadores fueran compensados por las horas sustraídas del trabajo: a partir de entonces, el fútbol se abrió progresivamente al profesionalismo y se convirtió en el deporte preferido por la clase trabajadora. Por el contrario, la RFU quiso permanecer fiel al modo amateur cerrando, así, las puertas del rugby a trabajadores, mineros, estibadores, etc. Esta cerrada actitud conllevó una ruptura inevitable: el 29 de agosto de 1895, veintidós clubes del norte industrializado de Inglaterra fundaros en Huddersfiel la Northern Rugby Football Union (NRFU): entre ellos estaba también el ya citado Halifax RFLC. La NRFU permitió que los jugadores obreros les fueran reembolsadas las horas de trabajo dedicadas al rugby. Más tarde, para hacer el juego más veloz y atractivo, la NRFU introdujo algunas modificaciones, las más importantes fueron la reducción de los equipos a trece jugadores y la eliminación de las melés. Básicamente, desde el año 1895 el rugby se dividió en dos mundos irreconciliables con principios opuestos y diferentes reglas: aquél con quince jugadores, amateur y aristocrático, de la RFU y el otro con trece jugadores, profesional y trabajador, de la NRFU (que desde el año 1922 se llama Rugby League).

William Barnes Wollen, The Roses Match (El partido del las rosas), 1895. Londres, Twickenham Stadium
The Roses Match de Wollen representa uno de los últimos momentos donde estos dos mundos estaban todavía unidos. Por aquel entonces, el dominio de los clubes trabajadores del norte industrializado de Inglaterra era absoluto: basta pensar que las primeras siete ediciones del County Championship, torneo entre condados credo por la RFU en el año 1889, fueron ganadas por el Yorkshire (en los años 1889, 1890, 1892, 1893, 1894, 1895) y por el Lancashire (en el año 1891). Como ya se ha mencionado, el cuadro representa la final del año 1893, ganada por el Yorkshire. A diferencia de Football de 1877, The Roses Match representa un deporte de masas, jugado en una infraestructura apropiada y capaz de hospedar a millares de espectadores. De hecho, el encuentro se juega en un estadio con tribunas y vallas que separan al público de los jugadores; el terreno de juego está más cuidado con respecto al que vimos en Football, mientras la portería es muy similar a la de rugby de hoy en día. Además, se juega bajo la vigilancia de un árbitro y jueces de línea. El balón es oval: de hecho, en el año 1892 la RFU dio indicaciones precisas sobre su forma. Estilísticamente, el cuadro confirma la gran habilidad de Wollen al pintar espectaculares escenas corales. Jugadores, árbitro, jueces de línea y algunos espectadores están perfectamente individualizados como en un retrato de grupo, un retrato en movimiento, cuyos protagonistas están representados en directo de un partido de rugby. El corazón de la acción es el pase que el jugador central del York, apenas placado por un adversario, hace a su compañero en la banda, dispuesto a lanzarse hacia la meta. El punto de vista te involucra todavía más que aquél de Football: aquí el espectador no ve simplemente a los jugadores pasar cerca, sino que está a punto de estar involucrado en la acción. Es como si Wollen también hubiese querido dejar entrar en el juego del rugby al observador del cuadro.
Nuevos temas en la pintura de la segunda mitad del Ochocientos
El arte de la época romántica permaneció ajeno a la moderna civilización industrial, a las masas de trabajadores que fueron llamados a las ciudades y a los cambios en la vida cotidiana que dicha sociedad introdujo: véase, por ejemplo, el cuadro de Webster. Una nueva pintura basada en la observación fiel y no idealizada del mundo surgió en la Paris de los años Cincuenta del siglo XIX, gracias a Gustave Courbet. El realismo de sus cuadros inspiró a los sucesivos pintores franceses, desde Manet a los impresionistas, que introdujeron en el arte nuevos temas que trataban de la moderna vida urbana y de los pasatiempos de la clase medio-alta. Puede ser un ejemplo Musique aux Tuileries de Manet.
Este interés por la vida contemporánea no caracterizó sólo al arte francés, sino a la pintura europea más innovadora desde los años Sesenta del Ochocientos. “Ser contemporáneo” se convirtió en una contraseña entre los mejores artistas europeos, que iniciaron a afrontar temas hasta aquel tiempo inéditos como el trabajo en las ciudades como se ve, por ejemplo, en el cuadro Work de Ford Madox Brown.
La pintura de Wollen entre rugby y guerra
William Barnes Wollen (Leipzig, 6 de octubre de 1857 – Londres, 28 de marzo de 1936) tiene el mérito de haber pintado los primeros y más importantes cuadros dedicados al rugby. Es posible afirmar que este deporte ingresó en el mundo del arte por la puerta principal: de hecho, tanto Football como The Roses Match fueron expuestos con éxito en la Royal Academy of Arts de Londres, la más prestigiosa sede expositiva británica. Más bien, Football de 1879 es el primer cuadro que Wollen expuso en dicha institución; en los años sucesivos, expuso en más ocasiones sus cuadros en la Royal Academy of Arts especializándose, desde el 1881, en lienzos de tema militar y en escenas de guerra bajo encargo.

William Barnes Wollen, The Black Watch at Bay, 1894. Perth, The Black Watch Castle & Museum. Foto: Art UK
Wollen fue uno de los artistas enviados a Sudáfrica por el semanal londinense The Sphere para proporcionar imágenes de la Segunda Guerra de los Bóeres (1899-1902) y, años después, pintó varios episodios de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Wollen puso su técnica académica al servicio de una notable habilidad en la composición, que le permitía elaborar representaciones escénicas de las fuerzas en acción, tanto si eran ejércitos o equipos de rugby. Éstas características, unidas a su habilidad imitando la naturaleza, los fenómenos atmosféricos y los movimientos de seres humanos y animales, hicieron que sobresaliera en telas corales ambientadas al aire libre como se ve en The Black Watch at Bay o The 21st Lancers at Omdurman, Sudan y, por supuesto, en Football y The Roses Match.

William Barnes Wollen, The 21st Lancers at Omdurman, Sudan, 1899. Shrivenham, Defence Academy of the UK. Foto: Art UK
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