
Aurelio Arteta, Idilio en los campos de sport, detalle, circa 1913-1915. Bilbao, Athletic Club de Bilbao
El fútbol no es solo un juego, es algo más. En primer lugar, involucra a miles de aficionados, cosa que lo convierte en un fenómeno social importante. En segundo lugar, influye en la economía de una ciudad y en su urbanismo ya que los clubes de fútbol tienen que encontrar los recursos necesarios para construir un estadio donde jugar y que pueda alojar a su público. Además, los jugadores del equipo que gana un trofeo se convierten en héroes para sus seguidores; con el tiempo, dichos héroes pueden transformarse en mitos y crear nuevas tradiciones. Resumiendo, también el fútbol es cultura si con esta palabra se entiende el “conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.” (Diccionario RAE, definición 3). Todo esto es más que evidente en el Athletic Club, equipo de fútbol símbolo de la ciudad española de Bilbao y de su región, el País Vasco.
Para los apasionados de fútbol de todo el mundo, el Athletic Club es una excepción en el fútbol globalizado de hoy: de hecho, en sus filas solo hay jugadores nacidos en territorios donde se habla el vasco, o que se han formado futbolísticamente en dichos lugares. En el fútbol amateur de los inicios era normal que un equipo estuviese compuesto solo por jugadores provenientes de su contexto geográfico. Sin embargo, el Athletic Club permaneció fiel a esta tradición también cuando el fútbol se convirtió en profesional, cosa que ocurrió en España en el año 1926. Esta elección llena de coraje ha permitido al equipo de Bilbao conservar un vínculo estrecho con su territorio sin impedirle ser uno de los mejores equipos de España: de hecho, el Athletic Club ha ganado 33 títulos entre campeonatos, Copas del Rey y Supercopas de España y – con el Real Madrid y el Barcelona – es una de las tres sociedades que no han bajado nunca a segunda división.
El Athletic Club tiene otra característica que lo hace interesante desde el punto de vista cultural: desde sus primeros años ha tenido una relación con el mundo del arte. No es de extrañar, que haya celebrado su primer siglo de vida con una exposición – Athletic Club 1898-1998. Arte en la catedral – donde se expusieron las obras de arte de diversos artistas vascos (y de otras procedencias) dedicadas al club. A continuación me ocupo de aquéllas más antiguas; fueron todas comisionadas por el Athletic Club en los años Diez y Veinte, cuando era el mejor equipo de España.
El fútbol en España en las primeras dos décadas del Novecientos
En la España de las primeras décadas del siglo XX, el único torneo nacional era la Copa del Rey. La primera edición fue organizada en el año 1903 por el Madrid F.C. (el futuro Real Madrid), mientras que las sucesivas por la Federación Madrileña de Fútbol.
El Rey de España donaba la Copa, que se convertía en propiedad del club que la ganaba cinco veces o tres años consecutivos. El Madrid F.C. se adjudicó cuatro torneos seguidos desde 1905 hasta 1908 conquistando así su primera Copa del Rey en propiedad. En el año 1909 nació la Federación Española de Clubs de Fútbol, que asumió la tarea de organizar el torneo. Hasta ese momento siempre se había jugado en Madrid, algo que empezaba a molestar a los clubes de las otras ciudades. Algunos de éstos se rebelaron y organizaron torneos paralelos en San Sebastián en el año 1910 y en Barcelona en 1913; también fundaron una nueva federación: la Unión Española de Clubes. En septiembre de 1913, para permitir a España entrar en la FIFA (que aceptaba solo a países que tenían una única federación de fútbol), la Federación Española de Clubs de Fútbol y la Unión Española de Clubes se unieron en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Para evitar polémicas, la RFEF reconoció oficialmente también los torneos paralelos de 1910 y 1913.
El Athletic Club entre Copas del Rey y obras de arte
Cuando nació la RFEF, el Athletic Club ya había ganado cuatro Copas del Rey (en el año 1903, 1904, 1910 y 1911); desde el año 1914 hasta el 1916 se adjudicó dicho trofeo en tres ocasiones seguidas, conquistando así el derecho de tenerlo en propiedad. Con sus siete Copas del Rey en total, el Athletic Club se convirtió en la sociedad española de fútbol con más títulos. En Bilbao se celebraba a lo grande la conquista de cada título; los jugadores eran conducidos como héroes por las calles de la ciudad y finalmente recibidos por el alcalde. No faltaba la banda de música municipal que tocaba el pasoble Athletic Club y, desde el año 1913, El Alirón, el himno de victoria del club. Análogas celebraciones son normales en el fútbol de hoy, pero en aquella época eran una novedad: un deporte practicado solo desde hacía pocos años había generado una fiesta popular, que se unía a aquéllas de la tradición.
Fue en estos años plagados de victorias cuando el club empezó a encargar obras a importantes artistas locales. En la temporada 1913-1914 el pintor José Arrúe tuvo el encargo de pintar una vista del nuevo estadio San Mamés, construido en el año 1913 gracias a la aportación económica de personalidades acaudaladas de Bilbao y de los socios del Athletic Club. La pintura de Arrúe, titulada Primer campo de fútbol en San Mamés, representa un partido del equipo vasco y su numeroso público.

José Arrúe, Primer campo de fútbol en San Mamés, circa 1913-14. Gouache sobre cartulina, 69 x 102,5 cm. Bilbao, Athletic Club de Bilbao
En el cuadro, los jugadores bilbaínos llevan la camiseta tradicional de rayas verticales rojiblancas y pantalones blancos. Los espectadores están agrupados en dos sectores; a la izquierda están aquéllos vip con una tribuna cubierta por un techo; a la derecha se encuentra la zona popular. Cerca de la tribuna hay un asta con la bandera del Athletic Club. Fuera del estadio, a la izquierda, se ve un jardín donde están aparcados los coches de los espectadores más ricos. Arriba, al fondo, se ve dominante el edificio de la Santa Casa de Misericordia. El terreno de juego del San Mamés estaba considerado uno de los mejores de su tiempo. Los directivos del Athletic Club estaban orgullosos de su nuevo estadio y quisieron que fuera representado en una pintura. Hay que señalar que Primer campo de fútbol en San Mamés es la primera obra de arte donde el protagonista es un estadio, el lugar donde el fútbol, de un juego entre veintidós individuos se transforma en un fenómeno colectivo que implica a miles de personas.
En el año 1915 el Athletic Club se dirigió de nuevo a José Arrúe para encargarle retratar al equipo que dicho año venció la Copa del Rey por segunda vez consecutiva. La pintura, titulada Equipo del Athletic Club, representa a los jugadores en pie delante de una de las dos porterías del San Mamés, como si fuese una foto oficial: a la izquierda están también el entrenador y el preparador físico con un balón de fútbol

José Arrúe, Equipo del Athletic Club, 1915. Gouache sobre cartulina, 52,5 x 103,5 cm. Bilbao, Athletic Club de Bilbao
Los jugadores visten una equipación muy similar a la actual, es decir, camiseta de rayas verticales rojiblancas y pantalones negros. En un post anterior ya vimos un cuadro dedicado a un equipo ganador; se titulaba The Corner Kick y fue pintado en el año 1895 por Thomas Hemy para el Sunderland FC. También dicho cuadro fue encargado por un equipo que llevaba una camiseta de rayas verticales rojiblancas y pantalones negros. Sin embargo, ésta es la única característica en común que tienen los cuadros de Hemy y Arrúe; por lo demás son bastante diferentes. El cuadro de Hemy es muy grande y representa un momento de un partido entre los dos mejores equipos ingleses de la época. A través de una acción del encuentro, Hemy rindió homenaje no sólo a los jugadores y dirigentes del Sunderland FC (cuyos nombres están escritos en láminas de marfil en la basa del cuadro), sino también el juego del fútbol y sus valores basados en la deportividad y el respeto a los contrincantes. En cambio, la obra de Arrúe es de dimensiones reducidas y es una imagen estática de un único equipo. A diferencia de su colega inglés, el pintor vasco individualizó bien a los jugadores y acentuó sus fisonomías con la técnica de la caricatura; no representó únicamente a un equipo ganador, sino también las personalidades de los jugadores que lo componían. Aquél que observaba el Equipo del Athletic Club podía reconocer fácilmente a cada uno de los personajes y sonreír viendo actitudes que le era familiares. Básicamente, el cuadro de Arrúe creaba una relación más íntima con el espectador en comparación con la obra de Hemy, era como un retrato de familia.
José Arrúe (Bilbao, 1 de septiembre de 1885 – Llodio, 5 de abril de 1977) fue en su época uno de los artistas vascos más originales. Después de haber viajado a París y a Italia, trabajó desde 1908 como diseñador y caricaturista para varios periódicos de Bilbao.

José Arrúe, Aunque el fútbol es juego de destreza, hace falta también tener cabeza, y, cuando el caso apura, resulta muy eficaz tenerla dura, 1914.
Arrúe se especializó en imágenes que describían de una manera alegre y humorística las costumbres cotidianas y las fiestas de la tradición vasca, sobretodo del campo. Sus obras son luminosas escenas corales de colores brillantes, donde cada personaje está perfectamente caracterizado por un diseño sintético y elegante. Estas características se encuentran también en los dos cuadros que pintó para el Athletic Club.
El otro artista al cual acudió el Athletic Club de dichos años es Aurelio Arteta (Bilbao, 2 de diciembre de 1879 – Ciudad de Méjico, 10 de noviembre de 1940), un grande de la pintura española. Estudió en París, donde conoció las obras de diversos protagonistas del post-impresionismo. En sus primeros años, pintó varias escenas rurales como Arrúe; sin embargo, sus cuadros exaltan sobre todo la figura humana y tienen a menudo significados simbólicos. Sus obras de los años 1913-15 muestran la influencia de Gauguin en la manera de extender los colores y de Toulouse Lautrec en el contorno de las figuras.

A la izquierda: Paul Gauguin, Nafea Faa Ipoipo? (¿Cuándo te casas?), 1892. Colección particular. A la derecha: Henri de Toulouse-Lautrec, L’Anglais au Moulin Rouge (El Inglés en el Moulin Rouge), 1892. Nueva York, Metropolitan Museum of Art
La influencia de Toulouse Lautrec es evidente en Idilio en los campos de sport. Éste no fue el primer encargo que Arteta recibió del Athletic Club: de hecho, en el año 1913 realizó el manifiesto que anunciaba la inauguración del San Mamés (fuente: Euskonews).
A Idilio en los campos de sport normalmente se le fecha en el año 1917 aproximadamente, pero probablemente fue pintado unos años antes como veremos a continuación. En cambio, el hecho de que el título contenga la palabra sport (deporte) no tiene que sorprender, ya que por aquél entonces el lenguaje futbolístico en España estaba lleno de términos ingleses así como en Italia.

Aurelio Arteta, Idilio en los campos de sport, circa 1913-1915. Pastel sobre papel, 69,5 x 49,5 cm. Bilbao, Athletic Club de Bilbao
Según la tradición, el cuadro representa a Rafael Moreno Aranzadi, alias “Pichichi” y a su futura esposa Avelina Rodríguez Miguel. Pichichi era uno de los jugadores más importantes del Athletic Club y el mejor goleador del fútbol español de aquéllos años.
Arteta transformó a Pichichi en el protagonista de una obra de arte que se diferencia de las vistas hasta ahora en que trata un tema inédito: la relación entre un jugador de fútbol y una fan (que, en este caso, se convirtió en su mujer). ¿Por qué el Ahtletic Club encargó a Arteta un cuadro con un tema futbolístico/amoroso? Sea dicho, en primer lugar, que a los partidos del equipo bilbaíno asistían también elegantes damas de la alta sociedad y distinguidas señoritas, tal y como se puede leer en los periódicos de la época. Ésto no solo sucedía en Bilbao, sino también en el resto de Europa: allí donde el fútbol tenía un gran número de seguidores, los jugadores recibían una cierta notoriedad y veían aumentar su éxito con el público femenino. Pero hay una razón más que explica la iconografía del cuadro de Arteta. Como ya se ha dicho, desde el año 1913 el Athletic Club tenía su propio himno de victoria, el Alirón, que decía:
En España entera triunfa la canción del ¡Alirón! Y no hay chico deportista que no sepa esta canción. Y las niñas orgullosas hoy le dan su corazón a cualquiera de los once del Athletic campeón.
Esta canción, que los aficionados del Athletic Club conocían muy bien, trataba también del tema amoroso como se puede ver; Arteta lo introdujo en el cuadro y creó así una estrecha relación entre arte, fútbol y cultura popular.
Como ya hemos visto, en los dos cuadros de Arrúe los jugadores del Athletic Club visten pantalones de diferentes colores: en Primer campo de fútbol en San Mamés son blancos, en Equipo del Ahtletic Club negros. Sin embargo, en el cuadro de Arteta, Pichichi lleva pantalones azules. ¿A qué se deben dichas diferencias? Para dar respuesta a esta pregunta es necesario hacer memoria. En el año 1898 el Athletic Club jugaba con camiseta blanca y pantalones del mismo color; desde el año 1902 usó camiseta blanca y azul a cuartos invertidos y pantalones azules; fue en el año 1910 cuando empezó a utilizar la actual camiseta a rayas verticales rojiblancas.

A la izuierda: equipación del Athletic Club de 1898 a 1902. A la derecha: equipación del Athletic Club de 1902 a 1910
Una fuente fiable (J. Turuzeta, El Athletic Club. El origen de una leyenda o cuando el león era aún cachorro, Txertoa, San Sebastián, 2012, p. 192) informa que en los principios el Athletic Club combinó la nueva camiseta rojiblanca con los pantalones blancos, después con aquéllos azules. Dado que en el año 1915 ya estaban en uso los pantalones negros – tal y como se ve en Equipo del Athletic Club de Arrúe – se supone que Arteta haya pintado Idilios en los campos de Sport antes del año 1915, probablemente entre el año 1913 y 1915, en un momento donde los jugadores del Athletic Club todavía vestían los pantalones azules.
Como ya se ha dicho en la introducción, el fútbol es un fenómeno cultural que genera mitos y tradiciones. Lo demuestra la historia de Pichichi, el jugador retratado por Arteta. Después de haber ganado la Copa del Rey en el año 1921 – la octava de la historia del Athletic Club – se retiró del fútbol. En el año 1922, con solo veintinueve años, murió de tifus. En 1953, el diario deportivo Marca dio el nombre de Pichichi al trofeo que aún hoy premia al máximo goleador del campeonato de fútbol español. En 1926, el Athletic Club encargó al escultor Ricardo de Irezábal Goti un busto del jugador para situarlo en el estadio de San Mamés.
Desde entonces existe una tradición que respetan todos los clubes que juegan por primera vez en San Mamés: antes del partido, el capitán (o el presidente) rinde homenaje al busto de Pichichi portándole un ramo de flores.
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