Si le preguntásemos a un estadounidense cuáles son las obras de arte más famosas sobre deporte, probablemente respondería “la serie sobre el football americano de Arnold Friberg”. Se trata de cuatro cuadros que representan otros tantos momentos claves de la historia del football americano universitario, que fueron encargados en el año 1968 por la compañía Chevrolet. En colaboración con la National Collegiate Athletic Association (NCAA, que organiza el deporte universitario estadounidense), la marca de automóviles de Detroit quiso celebrar el centenario del football americano universitario de 1969 con una campaña publicitaria que unía deporte, coches y arte. Los cuadros de Friberg fueron expuestos en una gira que visitó las principales sedes de la NCAA y aparecieron en revistas deportivas y láminas, que aún pueden encontrarse en internet a día de hoy. Las obras originales pertenecen a una colección privada, miden 95,3 x 152,4 cm y tienen un marco donde aparece el título, el nombre del autor y los escudos de la NCAA y de Chevrolet. Recomiendo el siguiente vídeo para aquellos que quieran saber más sobre los cuadros.
El autor: Arnold Friberg
Para alcanzar su objetivo, Chevrolet no buscó a un artista vanguardista, sino a un pintor tradicional capaz de crear imágenes espectaculares que pudiesen entrar en sintonía con un público numeroso. El mejor artista que reunía dichas características era el estadounidense Arnold Friberg (Winnetka, Chicago, 21 de diciembre de 1913 – Salt Lake City, 1 de julio de 2010). Friberg tenía una larga experiencia en el campo del arte publicitario, disciplina que enseñó en la Universidad de Utah a partir de 1950. En los años Cincuenta alcanzó la fama internacional gracias a The Ten Commandments (los diez mandamientos), la superproducción de Cecil B. DeMille del año 1956 con Charlston Heaston y Yul Brynner. A Friberg le encargaron crear la escenografía y el vestuario de la película; donde trabajó desde el año 1953 al 1956 realizando quince pinturas, que fueron utilizadas para promocionar el largometraje en todo el mundo. Uno de estos cuadros es The Parting of the Red Sea del año 1953, una grandiosa visión del episodio bíblico que implica al espectador.

Arnold Friberg, The Parting of the Red Sea (La separación de las aguas del Mar Rojo), 1953. Foto: www.villiamstout.com
En el transcurso de su carrera Friberg se especializó en cuadros religiosos y de historia americana, sobretodo del “oeste”. De todos ellos destaca Trouble for Butterfield del año 1975, un espectacular asalto a la diligencia donde se pone de manifiesto la habilidad técnica de Friberg al representar a los caballos.

Arnold Friberg, Trouble for Butterfield (Problema para la Butterfield), 1975. Foto: Muddy Colors
Pintar a estos animales era una de las grandes pasiones de Friberg, tal y como se puede apreciar en las numerosas imágenes de la Real Policía Montada de Canadá que realizó en el transcurso de su carrera. No es casualidad que la familia real británica lo eligiera para pintar los retratos ecuestres de Carlos, el príncipe de Gales (1978), y de la reina Isabel II del Reino Unido (1990).

Arnold Friberg, Queen Elizabeth II and Centennial (La reina Isabel II y Centennial), 1990. Londres, Buckingham Palace. Foto: Salt Lake
Como reconocimiento al valor de su pintura, Friberg fue nombrado miembro de la Royal Society of Arts de Londres. Las características principales de su arte son la gran habilidad técnica, la capacidad de crear imágenes espectaculares, la fidelidad en la reconstrucción de episodios históricos y la atención a las condiciones climáticas. Para alcanzar la máxima precisión histórica, Friberg visitaba los lugares donde habían acontecido los hechos que quería representar como hizo, por ejemplo, para la ejecución de su cuadro más famoso, The Prayer at the Valley Forge.

Arnold Friberg, The Prayer at Valley Forge (La oración en Valley Forge), 1975. Foto: Muddy Colors
El arte para mí es un servicio para enriquecer la vida de la gente. Este es el motivo por el cual quiero que mi arte sea perfectamente comprensible. Una de las cosas sobre las que trabajo es la claridad (Arnold Friberg)
Para más información sobre Friberg, su página oficial es: www.fribergfineart.com.
The First Game

Arnold Friberg, The First Game (El primer partido), 1968. Óleo sobre lienzo, 95,3 x 152,4 cm. Colección privada. Foto: Amerikansk Fotball
Llegamos finalmente a la serie sobre el football americano. En primer lugar, sea dicho que Friberg no se limitó a sintetizar la historia de este deporte, sino que buscó la manera de representar su esencia y de contar sus leyendas.
La serie comienza con The First Game, cuadro dedicado al encuentro más antiguo de football entre universidades; se jugó en el College Field de New Brunswick (Nueva Jersey) el 6 de noviembre de 1869 entre el College of New Jersey (la actual Princeton University) y el Rutgers College. En dicho encuentro cada equipo desplegó veinticinco jugadores.
Al igual que en las public school inglesas, también en las universidades estadounidenses se inició a practicar el football en la primera mitad del Ochocientos: el testimonio artístico más antiguo es una litografía de 1807.

A.B. Doolittle, A View of the Building of Yale College at New Haven (Vista del edificio de la Universidad de Yale en New Haven), 1807
Las reglas de juego variaban según la universidad, resultando muy difícil organizar partidos entre ellas. Por ejemplo, el encuentro disputado el 6 de noviembre de 1869 fue jugado con las reglas de Rutgers, que no por casualidad ganó 6 a 4; pero en la revancha de la semana siguiente se siguió el reglamento de Princeton, que esta vez se impuso 8 a 0. Según las fuentes, las dos universidades practicaban variantes del Association football, pero sea dicho que en el año 1869 el fútbol y el rugby no eran tan diferentes entre sí como lo son ahora (véanse las entradas sobre Wollen y Hemy). De todos modos, en otro cuadro que hace referencia al partido del 6 de noviembre de 1869, se puede observar una portería de fútbol y un portero.

William Boyd, Rutgers-Princeton football game of 1869 (El partido de football de 1869 entre Rutgers y Princeton), aproximadamente 1932
En The First Game, Friberg quiso exaltar un juego basado en la lucha y la fuerza física. En primer plano vemos a jugadores con poderosos músculos que colisionan los unos con los otros; casi todos llevan pantalones largos a cuadros y camisetas blancas (algunas están manchadas de sangre); los jugadores de Rutgers llevan un pañuelo rojo alrededor de la cabeza estilo pirata. Los dos equipos están tan inmersos en la lucha, que parecen desinteresarse del balón que, tal y como se puede ver, es pequeño y redondo. El terreno de juego está cubierto de hojas secas como es normal en noviembre. Al fondo se ven los espectadores, algunos están sentados sobre una valla, otros corren junto a los jugadores (incluso hay un perro). Arriba a la izquierda hay una vaca sentada tranquilamente y un señor que agita un paraguas: es un profesor de Rutgers que, según los escritos, fue al partido para advertir a los estudiantes que el footbal les alejaría de la fe cristiana.
Hacia un deporte basado en la estrategia
A principios de los años Setenta del Ochocientos, la mayoría de las universidades estadounidenses practicaba un juego basado en el Association football; la única excepción era Harvard que, en el año 1873, importó de Canadá el rugby a 15 con balón oval. Esta novedad fue todo un éxito; de hecho, en el año 1876 todas las universidades decidieron adoptar el rugby de Harvard con algunas variaciones. Se suele tomar como punto de partida de la historia del football americano los años Ochenta del siglo XIX, cuando Walter Camp de la universidad de Yale introdujo importantes novedades para convertir al rugby en un deporte más espectacular y abierto. Camp redujo el número de jugadores a once por equipo; decidió que la posesión del balón perteneciera a un solo conjunto, que tenía tres intentos (que se convirtieron en cuatro a partir de 1912) para recorrer cinco yardas (diez a partir de 1906): si no se conseguía, tenía que ceder la posesión del balón al equipo contrario. En los años sucesivos se hicieron otros cambios relevantes: en el año 1906 se introdujo el pase hacia delante y, en 1912, se inició a utilizar un balón más pequeño y alargado que facilitaba su lanzamiento.
Éste no es el lugar para describir con detalle la evolución del football americano; sin embargo, hay que señalar que los cambios anteriormente descritos crearon un juego subdividido en muchas acciones individuales. Esto no solo hizo aumentar la violencia de los enfrentamientos (por este motivo se empezaron a utilizar protecciones), sino también la importancia de la estrategia. Se convirtieron en fundamentales la especialización de los roles de los jugadores y la aplicación de esquemas precisos. Por lo tanto, el entrenador o coach llegó a ser una figura central; no sorprende que en el arte estadounidense – a diferencia del europeo – rápidamente aparecieran entrenadores como ya se puede observar en Between Halves de Wyath del año 1910.

Newell Convers Wyeth, Between Halves (Entre las dos mitades) e The Victorious Captain (El capitán victorioso), 1910. Las dos imágenes acompañaban un artículo de Waletr Camp publicado en febrero de 1910 en Century Magazine
Knute Rockne – The Coach
El segundo cuadro de la serie de Friberg homenajea al que es considerado el entrenador más grande de la historia del football americano universitario: Knute Rockne, coach de los Fighting Irish de la Universidad de Notre Dame desde 1919 a 1930, que murió prematuramente en un accidente de avión el 31 de marzo de 1931. Bajo su dirección Notre Dame ganó 105 partidos de 122 (12 derrotas y 5 empates) y terminó imbatido en cinco estaciones. Además de por sus innovadores esquemas de juego, Rockne se hizo también famoso por su irresistible personalidad: en una época donde surgieron las primeras crónicas radiofónicas, Rockne supo convertirse en un personaje mediático capaz de atraer las simpatías de millones de deportistas. A diferencia de otras universidades, Notre Dame no cedió la exclusiva de emisión a una sola radio, sino que permitió a todas ellas retransmitir las hazañas de los Fighting Irish de Rockne, que llegaron a ser famosos en todo el país.

Arnold Friberg, Knute Rockne – The Coach (Knute Rockne – El entrenador), 1968. Óleo sobre lienzo, 95,3 x 152,4 cm. Colección privada. Foto: Art House
Knute Rockne – The Coach exalta la capacidad de Rockne de motivar al equipo; se le puede ver rodeado de sus jugadores que le escuchan en religioso silencio. Para representar el vestuario de Rockne de la manera más fiel posible, Friberg viajó hasta South Bend, Indiana, sede de Notre Dame. Los mensajes escritos sobre la pared (“orgullo”, “sacrificio”, “autodisciplina” y “haz que los adversarios te teman y te respeten”) resumen las enseñanzas de Rockne como si Friberg quisiese comunicarlas a todos los jugadores de football americano.
Continúa en el post siguiente.
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