En la entrada anterior vimos los primeros dos cuadros de la serie sobre el football americano universitario que Friberg pintó en el año 1968 bajo el encargo de la compañía Chevrolet. Retomemos el discurso donde lo habíamos dejado, es decir desde el coach Knute Rockne, para añadir que sus Notre Dame Fighting Irish fueron el primer equipo en basar el juego de ataque en el pase hacia delante, contribuyendo así a popularizar esta acción.
Hacia un juego espectacular
Al principio, en el football americano existía únicamente el pase atrás. Como ya vimos, las modificaciones introducidas por Walter Camp en los años Ochenta del siglo XIX establecían que el equipo que tenía la posesión del balón tenía tres intentos para recorrer cinco yardas; esta regla incrementó la violencia de los choques ya que la mejor manera para alcanzar dichas yardas y conservar el balón era derribar la línea adversaria por el centro. Se empezaron a utilizar protecciones rudimentarias, pero no eran muy eficaces: por ejemplo, esta viñeta satírica del año 1898 nos muestra que la única manera para proteger la cabeza era dejarse crecer el pelo.

Samuel D. Erhart, The Modern Maid (La doncella moderna), de la revista Puck del 23 de noviembre de 1898
Por lo tanto, no sorprende que los accidentes fuesen frecuentes; el problema era que en ocasiones resultaban mortales. El grabado Out of the Game de 1891 atestigua los aspectos más dramáticos del football americano de la época: un jugador permanece tendido en el suelo ante la indiferencia general; solo un compañero se para y llama al médico; el título nos dice que el joven ha terminado de jugar, no sabemos si solo por un partido o desgraciadamente para siempre.

William Allen Rogers, Out of the Game (Fuera del juego), imagen publicada en el año 1891 por la revista Harper’s Weekly
1905 fue un año horrible para el football americano: en pocos meses perecieron diecinueve atletas a causa de los choques de juego. Para evitar nuevas bajas, en el año 1906 se introdujeron en el reglamento varios cambios: entre ellos estaba el pase hacia delante. Se creía que dicha novedad abriría el juego reduciendo la frecuencia de los choques centrales y que favorecería el espectáculo.
En realidad los equipos continuaron durante años a preferir el tradicional – y más seguro – juego de carrera. Como ya hemos comentado, fueron los Notre Dame Fighing Irish de Rockne los primeros en aprovechar el potencial del juego aéreo; sin embargo, fueron los Alabama Crimson Tide de 1934 en llevarlo a niveles de espectacularidad nunca vistos hasta el momento gracias a la pareja formada por el halfback Dixie Howell y el end Don Hutson.
Howell to Hutson – The Passing Game

Arnold Friberg, Howell to Hutson – The Passing Game (Howell para Hutson – El juego de pase), 1968. Óleo sobre lienzo, 95,3 x 152,4 cm. Colección privada. Foto: www.mearsonlineauctions.com
Los Alabama Crimson Tide de 1934 están considerados uno de los mejores equipos de la historia del football americano universitario; en dicho año ganaron todos los encuentros, se adjudicaron la Rose Bowl y ofrecieron un gran espectáculo gracias a los lanzamientos de Howell y a las recepciones de Hutson. La pareja empezó a destacar en el cuarto encuentro de la temporada, jugado el 20 de octubre de 1934 en el Legion Field de Birminghan (Alabama) contra los rivales Tennessee Volunteers. Hasta entonces, Hutson no había brillado, pero en aquel partido realizó una recepción espectacular de 33 yardas – el balón fue lanzado por Howell – y marcó el touchdown con el cual los Crimson Tide vencieron 13 a 6. A partir de ese día la frase “Howell to Hutson” se convirtió en la más pronunciada por los comentaristas que narraban los partidos de los Alabama Crimson Tide. En el año 1935 Hutson llegó al mundo profesional y fue contratado por los Green Bay Packers, donde jugó durante once temporadas coleccionando impresionantes estadísticas de recepción: aún hoy es considerado uno de los mejores receptores de la historia de la National Football League (NFL).

Don Hutson. Foto: www.nfl.com
The Passing Game – Howell to Hutson representa el momento en el cual nació la primera gran pareja lanzador-receptor de la historia del football americano: la ya mencionada recepción de 33 yardas en el partido del 20 de octubre de 1934. Como en todos sus cuadros, Friberg realizó un minucioso estudio para reconstruir la ropa de la época y el lugar donde sucedieron los hechos; además, utilizó su gran técnica pictórica y su habilidad compositiva para crear una imagen espectacular y apasionante. La acción se desarrolla de manera diagonal, empieza en segundo plano abajo a la izquierda y culmina en primer plano arriba a la derecha. El origen de la acción es Dixie Howell, que vemos a lo lejos, rodeado por un grupo de adversarios que intentan interceptar el balón que acaba de lanzar. El punto de llegada es Don Hutson que, en primer plano a la derecha, se ha librado del marcaje de un adversario y está a punto de recibir el balón, que está suspendido en el cielo exactamente a mitad de la zona superior del cuadro. Escogiendo esta composición en diagonal, Friberg ha puesto al espectador en el corazón de la acción; es como si nos encontrásemos a poca distancia de Hutson. ¿Cuál es la parte del cuerpo más importante de un receptor? Las manos. No es casualidad que Friberg haya querido resaltar las de Hutson pintándolas justo sobre la línea curva que separa el cielo de las gradas repletas de público; parece que el pintor nos haya querido sugerir que en aquel partido (que los Alabama Crimson Tide jugaron en casa contra los rivales Tennessee Volunteers) el balón fue como “llevado” por todo el estadio hasta las manos de Hutson.
Con The Passing Game – Howell to Hutson Friberg nos ha hecho revivir la atmósfera de un importante partido de football universitario de los años Treinta. El cuadro es rico en detalles interesantes como, por ejemplo, los cheerleader en el borde del campo; como se puede observar, son chicos y chicas; de hecho, fue a partir de la Segunda Guerra Mundial cuando la actividad de cheerleader se convirtió exclusivamente femenina.
O.J. Runs for Daylight – The Modern Game
Después de haber tratado el juego aéreo, Friberg cierra la serie con un cuadro dedicado al juego de carrera. O.J. Runs for Daylinght – The Modern Game también hace referencia a un partido que entró en la historia del football americano universitario: el derby entre los Bruins de la UCLA (University of California, Los Angeles) y los Trojans de la USC (University of Southern California) que se disputó el 18 de noviembre de 1967 en el Memorial Coliseum de Los Angeles. Dicho encuentro está considerado uno de los diez Game of the Century del siglo XX dado el espectáculo ofrecido por ambos equipos. Ganaron 21 a 20 los USC Trojans, que en dicho año se adjudicaron el campeonato y la Rose Bowl; el partido se decidió en el 4º cuarto por una extraordinaria carrera de 64 yardas de O.J. Simpson. El touchdown marcado por Simpson está considerado una de las mejores carreras en la historia del football americano universitario: en O.J. Runs for Daylight – The Modern Game Friberg pintó dicha acción.

Arnold Friberg, O.J. Runs for Daylight – The Modern Game (O.J. corre para un paso – El juego moderno), 1968. Óleo sobre lienzo, 95,3 x 152,4 cm. Colección privada. Foto: Pinterest
Después de la universidad, Simpson jugó para los Buffalo Bills (1969-1977) y los San Francisco 49ers (1977-1979) entrando en la historia como uno de los mejores running back de la NFL. No es éste el lugar adecuado para hablar de los acontecimientos que sucedieron cuando O.J. Simpson se retiró de los campos de juego. Sin embargo, en cuanto a la relación arte/football se refiere, cabe añadir que en 1977 O.J. Simpson fue retratado por uno de los artistas más importantes del siglo XX, Andy Warhol, que le concedió el status de icono de la cultura popular.

Andy Warhol, O.J. Simpson, 1977. Colección privada. Foto: www.sothebys.com
Hay que decir que Warhol no ha sido el único maestro del pop art en interesarse por el football americano, pero de esto hablaremos en otro post.
Regresemos a O.J. Runs for Daylight – The Modern Game. Tal y como se puede ver, representa una acción de juego en un modo completamente diferente a The Passing Game – Howell to Hutson. En el cuadro sobre O.J. Simpson, Friberg ha pintado solo a los jugadores excluyendo a todo lo que está alrededor: estadio, espectadores, cheerleader, etc. ¿Por qué ha elegido un punto de observación tan cercano? Para responder a esta pregunta, es necesario recordar que el partido Bruins – Trojans de 1967 fue retransmitido por televisión: por cierto, a continuación se puede ver el video del touchdown de Simpson.
Como se puede observar, el director ha filmado la acción lateralmente y en el replay ha eliminado del encuadre todo lo que no son campo y jugadores. En O.J. Runs for Daylight – The Modern Game Friberg ha hecho lo mismo: en resumen, ha adoptado el lenguaje de un medio de comunicación de masas como la tele. Sin embargo, Friberg no ha imitado pasivamente un fotograma del video, sino que ha creado una obra de arte autónoma, capaz de comunicar emociones de manera diversa a la televisión, pero no por ello menos eficaz. De hecho, la situación de Simpson en el cuadro parece aún más desesperada que en el video: le vemos rodeado de adversarios y parece que no tenga escapatoria; sin embargo, el título nos sugiere que encontrará una brecha en esa muralla de cuerpos.
Friberg pintó la serie sobre el football americano universitario solo pocos meses después del derby Bruins – Trojans de 1967; por lo tanto no sorprende que haya representado justo el touchdown de Simpson en el último cuadro, dedicado al juego moderno.
En los cuatro cuadros que hemos visto en este post y en el anterior, Friberg no solo ha contado la historia y las leyendas del football americano universitario desde los orígenes hasta 1968, sino que también ha intentado describir la esencia de dicho deporte. De hecho, en cada uno de los cuadros ha resaltado un elemento esencial del football americano: en The First Game la fuerza física, en Knute Rockne – The Coach la estrategia, las motivaciones y la concentración; en The Passing Game – Howell to Hutson la frialdad, la precisión y la técnica que son necesarias en el juego aéreo; en O.J. Runs for Daylight – The Modern Game la agilidad y la velocidad que son cualidades importantes en el juego de carrera.
Excelente trabajo, dejar documentada la memoria de grandes momentos del fútbol americano. Un homenaje al deporte.
Gracias, me alegro de que te haya gustado.