
Raymond Duchamp-Villon, Joueurs de foot-ball (Jugadores de foot-ball), 1905. Bronce, 68 x 68 x 55 cm. Rouen, Musée des Beaux-Arts
Éxito del Rugby football en Francia
Provenientes de la vecina Inglaterra, el fútbol y el rugby llegaron a Francia en los años Setenta del siglo XIX. También aquí la palabra “football” se refería tanto a la Association football (el fútbol), como al Rugby football. Fue sobretodo éste último el que obtuvo éxito en tierras transpirenaicas. En Francia, como en Inglaterra, el deporte era en origen exclusivamente de carácter amateur y, por lo tanto, sólo la clase media/alta podía permitirse practicarlo. Los franceses más acaudalados preferían un juego de gentlemen como el rugby, en vez del fútbol, que a muchos les parecía mucho menos noble: de hecho, el rumbo profesional adquirido en el año 1885 por la federación inglesa abrió las puertas de la Association football a la clase obrera. Además, la Union des sociétés françaises de sports athlétiches (USFSA), federación multideportiva fundada en París en el año 1889 para gestionar todo el deporte transpirenaico, recelaba del fútbol. La USFSA defendió valerosamente el carácter amateur del deporte y, para evitar que el profesionalismo contagiase también a aquél francés, obstaculizó al fútbol y favoreció al otro gran juego de equipo recién llegado desde el Reino Unido: el Rugby football. El primer secretario de la USFSA fue el barón Pierre Fredy de Coubertin, histórico y pedagogo apasionado del sistema educativo anglosajón y de los deportes practicados en las mejores escuelas inglesas, sobre todo en aquélla de Rugby.
Fue de Coubertin el que promovió el nacimiento del campeonato de rugby francés en el 1892. Además, diseñó el trofeo que desde entonces se asigna al ganador del campeonato transpirenaico, el bouclier de Brennus (el escudo realizado por el artista Charles Brennus), y arbitró el único partido de la primera edición del torneo, que fue ganado por el Racing Club de France contra el Stade Français.
Inicialmente participaban en el campeonato sólo equipos parisinos, pero desde el 1899 la USFSA admitió también a clubes de otras ciudades. En ese mismo año ganó el Stade Bordelais di Burdeos, que dominó durante la década siguiente adjudicándose cuatro campeonatos consecutivos desde el año 1904 al 1907.
De Coubertin y los Juegos Olímpicos modernos: Francia medalla de oro de rugby
De Coubertin veía en el deporte un instrumento fundamental para promover cualidades intelectuales, morales y el culto de la verdad. Además, siendo hijo de un pintor, captó las potencialidades artísticas del deporte:
El deporte debe ser considerado no sólo como un creador de arte, sino también como una ocasión de realizar obras de arte; genera la belleza porque crea al atleta que es una escultura viviente (Pierre Fredy de Coubertin)
Por todas estas razones, quería instituir una competición internacional que, a través del deporte, promoviese la paz, la lealtad, la comprensión entre los pueblos y también la cultura. Encontró el modelo donde inspirarse: los antiguos Juegos Olímpicos griegos. Eran una manifestación atlética y religiosa, que se realizaba cada cuatro años en Olimpia desde el 776 a.C. al 394 d.C. Los Juegos estaban organizados en honor a Zeus, la más alta divinidad griega, y durante toda su duración (cinco días) se suspendían las guerras en Grecia.
En la época de de Coubertin, la antigua Olimpia era un tema de actualidad en la cultura europea. De hecho, las excavaciones arqueológicas iniciadas en el 1875 por el grupo alemán dirigido por Ernst Curtius habían proporcionado importantes descubrimientos: uno de ellos era la estatua de Hermes con el niño Dioniso, que fue encontrada en el año 1877 en el Heraion (templo de la diosa Hera) de Olimpia, justo donde el escritor griego Pausania la vió en el siglo II d.C.

Hermes con el niño Dioniso. Olimpia, Museo Arqueológico. Foto: Roccuz (CC BY-SA 2.5 IT)
De Coubertin, para promover los valores que reconocía en el deporte, quiso hacer revivir los Juegos Olímpicos, pero les quitó el antiguo significado religioso. En 1894 creó el Comité International Olympique (CIO), del cual fue presidente desde el año 1896 hasta el 1924, para organizar los Juegos Olímpicos modernos, cuya primera edición se celebró en Atenas en 1896.
La siguiente edición fue organizada en el año 1900 en el París de de Coubertin, que quiso que el Rugby football participase entre las disciplinas olímpicas. El torneo de rugby fue el más seguido de los Juegos Olímpicos parisinos y se lo adjudicó la selección francesa no oficial (la oficial nació en el año 1906), que superó a la alemana y, sobretodo, a la británica.
Los jugadores de rugby modernos como los atletas de la antigüedad: Duchamp-Villon y el ennoblecimiento del rugby
Raymond Duchamp-Villon (Damville, 5 de noviembre de 1876 – Cannes, 9 de octubre de 1918) fue uno de los más innovadores escultores europeos en los años precedentes a la Primera Guerra Mundial. Su obra más célebre es Le cheval (El caballo) de 1914, que une la descomposición formal cubista con la futurista estética de la máquina.

Raymond Duchamp-Villon, Le cheval (El caballo), 1914. Grenoble, Musée de Grenoble. Foto: © Musée de Grenoble
Joueurs de foot-ball pertenece en cambio a la primera fase de su producción, todavía influenciada por August Rodin.

Auguste Rodin, La puerta del Infierno (detalle). París, Musée Rodin. Foto: Jean-Pierre Dalbéra from Paris, France (CC BY 2.0)
Joueurs de foot-ball es una escultura en bronce de pequeñas dimensiones, que Duchamp-Villon expuso en el año 1905 en el Salon d’automne de París. Se distingue de las obras de arte analizadas en los posts precedentes en que no imita una situación real. Como hemos visto, Wollen y Hemy eligieron acciones de juego concretas y las reprodujeron lo más fielmente posible en sus cuadros. Duchamp-Villon no hizo lo mismo a pesar de que Joueurs de foot-ball representa una acción de rugby fácilmente reconocible (un jugador que se eleva sobre los demás para aferrar el balón). ¿Por qué la escultura Joueurs de foot-ball no es realista? Por dos motivos.
- Los jugadores de rugby están desnudos: ninguna persona en la Europa de inicios del Novecientos iba sin ropas, y menos si jugaba a rugby.
- Los atletas se encuentran en una especie de montículo: es cierto que los terrenos de juego de la época no eran perfectos, pero no eran ni mucho menos así de irregulares.
Para comprender Joueurs de foot-ball es necesario saber que, para Duchamp-Villon, la escultura era una arquitectura de volúmenes, planos y líneas en armonía. Su objetivo no era imitar la realidad, pero sí exprimir una idea mediante una forma, que estuviese en equilibrio en cada una de sus partes. Y la idea básica de Joueurs de foot-ball es la representación de la vitalidad. La obra es una composición dinámica que asciende con un movimiento circular; el terreno de juego y los cuerpos de los jugadores forman un flujo de energía que culmina en el balón. Los detalles poco realistas como la pequeña loma y las torsiones innaturales de los cuerpos son funcionales a esta representación en tres dimensiones del dinamismo.

Henri Duchamp-Villon, Joueurs de foot-ball (Jugadores de foot-ball), 1905. Rouen, Musée des Beaux-Arts
¿Por qué los jugadores de rugby de Joueurs de foot-ball están desnudos? Para entenderlo, es necesario tener en cuenta una antigua tradición iconográfica: el llamado “desnudo heroico”. Más arriba, hemos visto la escultura Hermes con el niño Dioniso: no pasa desapercibido que el dios Hermes (el Mercurio de los antiguos romanos) está completamente desnudo. En la Antigüedad griega y romana era costumbre representar de esa manera a los dioses, los semidioses y los héroes: su condición de seres sobrenaturales o especiales brillaba en la perfección de sus cuerpos desnudos.

Dios (Zeus o Poseidón) del cabo Artemisio, 480-470 a.C. Atene, Museo Arqueológico Nacional. Foto: I, Sailko (CC BY-SA 3.0)

Hércules Farnesio, sec. III d.C. Napoles, Museo Archeologico Nazionale. Foto: Marie-Lan Nguyen (CC BY 2.5)
En la época romana, también los hombres con poder, llenos de aires de grandeza, iniciaron a encargar esculturas que los representaban desnudos como deidades: es el caso, por ejemplo, del Príncipe de la familia imperial Julio-Claudia a caballo del British Museum de Londres, que muchos han identificado como el emperador Calígula.

Príncipe de la familia imperial Julio-Claudia a caballo, 1-50 d.C. Londra, British Museum. Foto (CC BY-NC-SA 4.0)
El desnudo heroico fue recuperado en el Renacimiento y en el neoclasicismo. En época del Renacimiento, se extendió también a personajes bíblicos como demuestra el David de Miguel Ángel.

Miguel Ángel, David, 1501-04. Florencia, Gallerie dell’Accademia. Foto: Rico Heil (User:Silmaril) (CC BY-SA 3.0)
También el más grande escultor neoclásico, Antonio Canova, destacó en este género como se puede ver en Napoleón Bonaparte como Marte pacificador.

Antonio Canova, Napoleón Bonaparte como Marte pacificador, 1803-06. Londres, Apsley House, Wellington Collection. Foto: Jörg Bittner Unna (CC BY-SA 3.0)
En resumen, el desnudo heroico era una costumbre iconográfica común no sólo en la antigua Grecia, sino también en todas aquellas épocas y culturas que en ella se han inspirado. No obstante, la particularidad de Joueurs de foot-ball está en el hecho que Duchamp-Villon unió esta tradición milenaria a un deporte nacido hacía pocas décadas: el rugby. Tratemos de entender el por qué.
Como ya se ha dicho, la segunda edición de los Juegos Olímpicos modernos se celebró en París en el año 1900 donde Francia ganó la medalla de oro de rugby. Es necesario recordar que, en los antiguos Juegos Olímpicos griegos, los atletas competían desnudos; esta costumbre fue introducida para evitar que las vestimentas obstaculizasen sus movimientos (en la época no existían las indumentarias deportivas de hoy en día). Como ya hemos visto, los Juegos eran en honor del dios Zeus. En consecuencia, el atleta vencedor de una competición olímpica era consagrado por el más alto dios griego: cuando regresaba a casa, sus conciudadanos lo consideraban un auténtico héroe, casi un semidiós. Por lo tanto, no sorprende, que pronto se iniciase a dedicar obras de arte a atletas como demuestran, por ejemplo, el Púgil en reposo, o el Discóbolo Lancellotti (copia en mármol del original en bronce de Mirone del 460-450 a.C.): como se puede ver, los atletas no eran representados en un modo muy diferente de los héroes y de los dioses.

Pugil en reposo, sec. IV a.C. Roma, Museo Nazionale Romano. Foto: Livioandronico2013 (CC BY-SA 4.0)

Discóbolo Lancellotti, sec. II d. C. Roma, Museo Nazionale Romano. Foto: Livioandronico2013 (CC BY-SA 4.0)
Obviamente, similares implicaciones religiosas eran del todo ausentes en los Juegos Olímpicos modernos: ninguno en el París de inicios del Novecientos creía que los atletas que ganaron la medalla de oro de rugby fuesen semidioses. Ni siquiera lo pensaba Duchamp-Villon. Sin embargo, los jugadores de rugby de Joueurs de foot-ball creaban un sugestivo paralelismo con los antiguos atletas griegos, que no podía escapar a artistas e intelectuales: el reclamo a las grandes esculturas de la Antigüedad era evidente a pesar de que la obra fuese de reducidas dimensiones. Es como si Duchamp-Villon, sirviéndose de una tradición iconográfica milenaria, hubiese ennoblecido el rugby transformándolo en un tema artístico. No es casualidad, que después de él, se ocuparon de este deporte pintores como Henri Rousseau, Albert Gleizes, Robert Delaunay, cuyos nombres aparecen en todos los manuales de historia del arte.
Deja un comentario